Egipto: Exigen salida de Mohamed Morsi


Estallan violentos choques entre simpatizantes y detractores del presidente Mohamed Mursi en varias ciudades del país. Entre los muertos hay un joven estadounidense.

Estados Unidos da pasos para asegurar la seguridad de su embajada y de sus diplomáticos en Egipto luego de las violentas protestas que sacuden el país, dijo este sábado el presidente Barack Obama desde Sudáfrica, país donde se halla de visita.

Manifestaciones a favor y en contra del presidente Mohamed Mursi transcurrieron la víspera de forma pacífica en El Cairo, pero en varias ciudades del norte del país se registraron enfrentamientos con saldo de al menos dos muertos– entre ellos un joven estadounidense– y más de 200 heridos.

El Departamento de Estado confirmó la muerte del universitario de 21 años Andrew Pochter mientras fotografiaba violentos choques entre simpatizantes islamistas y detractores del presidente Mursi, que el domingo cumple su primer año en el poder.

Obama dijo que estaba en contacto directo con el gobierno egipcio para garantizar la seguridad del personal estadounidense, su embajada y consulados en ese país, donde a lo largo de todo el fin de semana se prevén masivas manifestaciones para exigir la dimisión de Mursi y la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas.

Opositores de Mursi han levantado ya más de un centenar de tiendas de campaña en la emblemática plaza Tahrir en previsión de multitudinarias protestas previstas para el domingo, y según la agencia oficial egipcia MENA desconocidos dieron fuego anoche a una oficina del Partido Libertad y Justicia (de gobierno) en Port Said, en el este del país.

Organizadores de las protestas aseguran que tener una petición suscrita por 22 millones de egipcios (más del 40 por ciento del electorado) que exige la renuncia de Mursi.

Las revueltas han revivido el temor en EE.UU. de que se repita lo sucedido el año pasado cuando coincidiendo con manifestaciones callejeras, terroristas atacaron el consulado de Washington en Bengasi, Libia, y mataron al embajador Chris Stevens y a otros tres diplomáticos estadounidenses.

La oposición egipcia acusa al presidente Mursi y a la Hermandad Musulmana de querer imponer una república islámica y de minar los derechos seculares que históricamente prevalecieron en Egipto.

 

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