Marihuana y otras hierbas


Con la reciente legalización de la marihuana en Uruguay, saltan las alarmas internacionales y son variadas las reacciones de apoyo u oposición a la legalización de las drogas.

 

Mientras en Uruguay la Cámara de Diputados aprobaba el proyecto de ley que regula la venta de marihuana y que establece también un control sobre el mercado del cannabis, en Washington D.C. el primer dispensario legal de marihuana vendió la primera dosis de esta sustancia a un usuario autorizado.

Los daños a la salud

Los opositores a la legalización de la marihuana mantienen que se trata de una droga y que su autorización va en detrimento de la sociedad, además de los daños que produce en la salud de quien abusa de su consumo.

El Doctor Elmer Huerta, quien habló con la Voz de América, explicó que “como toda sustancia, los daños causados por la marihuana dependen de la dosis”.

“En donde puede ocasionar muchos problemas es a nivel del sistema nervioso, en el intelecto de la persona. La marihuana daña el lóbulo frontal», dice el Dr. Huerta.

«Esta es la parte del cerebro que nos diferencia de los primates. En el lóbulo frontal es donde está el juicio, el raciocinio y donde se encuentra la proyección hacia el futuro. Las personas que abusan de la marihuana carecen de ese estímulo de salir hacia delante. Se trata de gente que se conforma”, explicó.

“Si alguien fuma marihuana una vez al mes, una vez cada semanas, si es un consumo muy limitado, los daños son mínimos en comparación con alguien que fuma dos o tres veces al día”, añadió el médico. “Hay una serie de sustancias que son capaces de provocar adicciones en el ser humano. El alcohol, el tabaco… pero también el dulce y otras sustancias. El asunto es que cuando se legaliza la droga, y eso es lo que ha hecho el presidente de Uruguay, es poner en una balanza cuál es el beneficio de despenalizar la marihuana”, explicó.

“El beneficio de despenalizar el uso de la marihuana es que termina todo el crimen que rodea a la droga,  pero el perjuicio es que más gente la va a usar y alguna de esa gente lo hará en cantidades grandes y tendremos lo mismo que tenemos con el alcohol y el tabaco, y es mucha gente que abusa de estas sustancias y acaba enferma. Creo que la sociedad tiene que ser muy cuidadosa de cómo utiliza esa balanza del riesgo y del beneficio de legalizar la marihuana”, concluyó el doctor.

Según el proyecto de ley uruguayo, un cultivador de marihuana podrá tener 6 plantas, también se podrán constituir clubes de cannabis con hasta 45 miembros y 99 plantas, y cada usuario dispondrá de una cuota de 40 gramos mensuales para el consumo propio, que el usuario deberá adquirir en las farmacias. El fin de la normativa, dicen, es acabar con todo el entorno criminal que rodea al tráfico de drogas.

En Estados Unidos, los estados donde se ha regulado el consumo de esta sustancia limita el uso exclusivamente a fines médicos, y los pacientes deben adquirir un permiso médico que les permita adquirir la sustancia. Las excepciones son los estados de Washington y Colorado, donde recientemente se aprobó una normativa para el uso recreativo del cannabis pero que lo limita a clubes con este fin.

La legalización o también llamada despenalización de la marihuana para uso médico, no es igual para todos los estados en Estados Unidos. Por ejemplo, en el Distrito de Columbia, solamente se facilitará el acceso a esta sustancia si se tiene cáncer, glaucoma, sida, o condiciones que provocan espasmos musculares como es el caso de la esclerosis múltiple. Otros estados son más permisivos y amplían esta lista al Alzheimer o al síndrome de Crohn, al igual que cualquier dolor fuerte o incluso dolencia que provoque náusea, dejando que sea más bien el médico quien decida en qué cuadros médicos el consumo de la sustancia podría ser más beneficioso.

En Washington D.C., las personas autorizadas solamente pueden tener en su poder 2 onzas de marihuana y los dispensarios solamente podrán cultivar hasta 95 plantas por local. En cuanto al estado de Colorado, el proyecto de ley aprobado incluye un referéndum en noviembre para decidir sobre el impuesto que se aplicará a la marihuana y una tasa máxima en sangre para conductores.

Existen países como Holanda donde la legalidad de la marihuana es una cosa que viene de años atrás. El consumo de pequeñas cantidades y su distribución a través de los llamados “Coffee Shops” es legal y diversos estudios señalaron que el número de consumidores no es superior a los consumidores que puede haber en otros países donde es ilegal utilizar esta sustancia.

En 2011 el Centro Europeo para el Control de Drogas y Adicción señaló que el 7% de los ciudadanos de los Países Bajos entre 15 y 63 años afirmaba haber consumido marihuana recientemente mientras que las cifras en Estados Unidos sobre consumo reciente rondaron el 24%, más del triple que en Holanda, ese mismo año.

Algunas oposiciones

Sin embargo, aunque parezca que las leyes se están abriendo a la legalización de una sustancia que hasta ahora era ilegal, organismos públicos internacionales han hecho clara una postura de preocupación o de oposición a esta línea más permisiva al respecto.

Debido a la reciente legalización de la marihuana en Uruguay, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, organismo de las Naciones Unidas, puso de manifiesto su inquietud ya que el proyecto aprobado en ese país viola los acuerdos internacionales sobre control de drogas. Estos acuerdos internacionales buscan limitar las sustancias estupefacientes al uso médico y a la investigación científica y reprimir y eliminar el resto de usos.

Sin embargo, los que apoyan el consumo, creen que las normativas internacionales no distinguen entre los diferentes estupefacientes, y creen que existen sustancias blandas y otras duras. Estos grupos tienden también a distinguir entre adictos y usuarios, como dos formas de consumo diferentes.

Aunque cada vez son más los que apoyan la legalización de esta sustancia, siguen siendo más numerosos los que se oponen. Una encuesta realizada en Montevideo, Uruguay, por la consultora Cifra, señala que un 63% de la población preguntada se opone a la legalización.

Si bien el argumento utilizado por el ejecutivo uruguayo es erradicar la criminalidad que rodea al tráfico de drogas, en la encuesta mencionada, la mayoría de los encuestados creen que de aprobarse definitivamente la lay, los problemas con el narcotráfico empeorarán o seguirán iguales.

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