Las drogas tema de disensión hemisférica


Los países de la Organización de Estados Americanos buscan romper con tabúes en la lucha antidrogas, pero la despenalización de los narcóticos sigue siendo un tema espinoso en la región.

 

Todo parecía indicar que los cancilleres participantes en la Asamblea General de la OEA efectuada esta semana en Antigua, Guatemala, iban a entrar de lleno en la materia y avanzar en el debate sobre la legalización de estupefacientes como parte de un nuevo enfoque en la lucha antidrogas menos centrada en el combate frontal a los narcotraficantes.

Pero no, el asunto de las despenalización de las drogas presentado tangencialmente a la mesa de discusiones en la Sexta Cumbre de las Américas el año pasado en Cartagena, Colombia, por el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, ha vuelto a quedar pospuesto para una nueva reunión extraordinaria de la OEA el año próximo.

Expertos señalan que el solo hecho de que ya se haya convocado tal reunión para tratar de fijar acciones concretas, una vez que se hayan discutido las recomendaciones recogidas en la Declaración de Antigua, ya de por sí es un buen paso de avance en un tema tan controvertido que suscita opiniones encontradas entre los países del hemisferio.

Como promotor de la iniciativa, Guatemala y otra docena de países, entre ellos Colombia, están a favor de abrir el diálogo sin prejuicios y abogan por adoptar un cambio de enfoque respecto a las drogas luego de décadas de una guerra sin cuartel contra los narcotraficantes que sólo ha dejado decenas de miles de muertos y no ha resuelto el problema.

En principio parece haber un consenso mínimo en que la guerra contra los narcóticos ha dado paso a una matanza irrefrenable entre grupos de traficantes, que no debe seguirse castigando a los adictos como criminales sino como víctimas, y que se debe abordar la drogadicción como una enfermedad e involucrar a instituciones de salud en la  búsqueda de soluciones.

Hasta ahora EE.UU. ha dicho que la legalización de las drogas “no es la respuesta» para encarar el narcotráfico, y a propósito de la reunión de Antigua, el secretario de Estado, John Kerry, puso de relieve que el país logró reducir el consumo de cocaína en alrededor de 50 por ciento en los últimos cinco años, combatiendo la entrada ilegal de estupefacientes.

Pero dentro del propio país las opiniones difieren, y mientras en la mayoría de los estados la posesión y consumo de drogas es un delito altamente perseguido, en Colorado y Washington la marihuana con fines “recreacionales” es legal, en otros como California, Nevada, Arizona  y Alaska está permitido usarla con fines medicinales, y esta semana Vermont se convirtió en el número 17 de la nación que despenaliza la posesión de la droga en pequeñas cantidades.

En Uruguay, por ejemplo, el consumo personal de marihuana no está castigado por ley, pero en países como Perú, primer productor de hoja de coca en el continente, el gobierno tiene serias reservas frente a la despenalización de los narcóticos y sigue enfocado en la erradicación de los cultivos. De modo que aunque se quiera romper con los tabúes sobre las drogas, la despenalización sigue siendo un tema espinoso en la región.

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