Las autoridades reportan tres muertos, inundaciones y una docena de carreteras primarias cerradas por los deslaves de lodo y piedras.
En Boulder, no había llovido tanto desde 1940. La quebrada del mismo nombre, que atraviesa el corazón de la ciudad, se ha vuelto un violento torrente que ha rebasado sus orillas y ha inundado calles, avenidas y los estacionamientos de la ciudad.
Pero no ha sido la única ciudad afectada. Las lluvias han golpeado un área de unos 200 kilómetros a lo largo de las laderas de la Montañas Rocosas, desde Fort Collins cerca de la frontera con Wyoming hasta Boulder, Denver y Colorado Springs.
Una docena de carreteras primarias en el noroeste del Condado permanecen cerradas debido al daño significativo de las inundaciones, y los deslaves de lodo y rocas.
Las lluvias fuertes en el verano no son inusuales en Colorado, pero los incendios forestales del año pasado ha hecho que no haya vegetación que pueda detener las corrientes de agua. A parte, la cantidad e intensidad no tienen precedente.
El presidente Barack Obama aprobó el jueves la ayuda federal solicitada por el gobernador del Estado, John Kickenlooper, la cual cubrirá los gastos de protección de emergencia.