Rosca de Reyes, tradición familiar que une también en LA


Ed Reyes Guerrero de 84 años, apenas podía con las ocho roscas de reyes que mandó hacer con motivo del Día de Reyes pero también porque era su onomástico.

«Voy hacer una fiesta grande con 100 invitados, familia y amigos», dice Ed Reyes quien vino de Montebello a la panadería La Favorita en Boyle Heights a comprarse su rosca de reyes como lo hace desde hace varias décadas.

«Desde que caí aquí de México, vengo a comprarme mi rosca. Me da mucho gusto poder celebrar esta fecha porque mi familia y amigos se reúnen», dice el octagenario, a quien apenas le caben las manos con tanto pan.

La fila de gente comprando roscas en la panadería La Favorita de Boyle Heights es incesante. Se van unos, y llegan otros. Todos quieren asegurar su rosca. Unos se desesperan porque no quieren que otros se las ganen. Se desesperan por los escasos minutos que el pedido tarda en llegar. Pero al final, todos salen con una sonrisa cargando el tradicional pan.

Julia Campos, empleada de La Favorita desde hace ocho años, dice que comenzaron a vender roscas desde el sábado.

«Hemos vendido miles. Estamos trabajando turnos de hasta diez horas con 20 empleados. Empezamos desde las dos de la mañana para estar listo a las cinco cuando se abre la panadería y cerramos a las diez», dice Julia Campos.

No titubea para decir que el Día de Reyes es cuando tienen las mejores ventas del año.Pero lo mejor es «cada año aumenta más la demanda por las roscas. La mayoría son hispanos los compradores, pero viene uno que otro blanco y afromericano», comenta apresurada y sudorosa.

La propia Julia Campos, una inmigrante mexicana, le entra a la preparación de las roscas, y se encarga de poner las roscas calientitas, recién salidas del horno en los anaqueles.  A veces no alcanzan a llegar cuando la gente ya quiere la suya.

«Madrugan por los pedidos. Les gusta el sabor porque conocen el pan que vendemos. Por eso vienen desde Santa Ana, North Hollywood, y diferentes partes de la Ciudad», indica la empleada.

Maria Consuelo Razo y su nuera María Delgado tienen 30 años que no fallan a comprar el tradicional pan de reyes. «Estas son para 20 miembros de nuestra familia», dice María Consuelo mientras la nuera comenta gozosa que la rosca es muy importante en su familia porque es una oportunidad de convivir. «Es muy emocionante ver a quien le toca el niño, y ver la cara que ponen cuando se dan cuenta que les tocan los tamales el Día de la Candelaria. Y otra vez pasarla en familia», platica emocionada.

Julio Anaya, es un inmigrante panameño que aprendió de la tradición de la rosca en el Día de Reyes cuando lo invitaba sus compañeros de trabajo en Colton cada seis de enero.  «Todos los años compraban, y me gustó tanto esa costumbre mexicana que ahora ya no trabajó en Colton con los mexicanos, pero yo vengo por mi rosca para mi familia», dice.

La rosca de Reyes de La Favorita lleva: harina, huevos ,canela. pedazos de dulce para decorar y niños Dios.

Hay roscas grandes con cuatro niños Dios, medianas con tres y pequeñas con uno solo, o si tiene suerte, dos. Las grandes suelen costar 25 dólares, las medianas 17, y las chicas 13 dólares.

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