Delia Cano


No sé si me dedique al espectáculo porque me gusta el show o me gusta el show porque mi vida ha pasado como telenovela de esas que pasan a las 8 de la noche, esas que son puro drama, puras tragedias contrastadas con una intensa felicidad y como buena telenovela, siempre te deja picada, buscando más historias, más risas y a veces te preguntas si es posible lo que pasó.

Desde niña jugaba con mis hermanas a cantar y bailar, y doy gracias a mis padres porque desde esa edad vieron nuestra inquietud y nos apoyaron, mi papá era un repartidor de Bimbo y mi mamá era ama de casa, ambos se daban el tiempo de llevarnos a los programas de televisión. Mi mamá se desvelaba por hacernos los trajes porque a veces que no había dinero y los cosía a mano, se daba unas buenas friegas para que nosotras fuéramos a bailar en TV. Recuerdo la primera vez que fuimos a aun programa en vivo de televisión, se llamaba “Tiempo de niños” con los Vips y cuando nos presentaron pusieron una canción que no era, pero como siempre nos la pasábamos bailando, improvisamos, no hubo tanto drama. ¿Pero saben? Nunca nos llevaron a clases de baile ni de canto, aunque tenía un tío en la industria musical, en mi núcleo familiar se desconocía esa forma de vida, crecimos como pudimos, adaptándonos a base de chingadazos. Tantas ganas de mis padres de apoyarnos, pero nunca pudieron darnos lo que mas nos faltaba, educación artística y no porque no quisieran, simplemente no sabían y nunca se les ocurrió, para prueba ahí les va el video.

Fuimos creciendo y una vez nos llevó mi mamá a una audición a la Ciudad de México porque habíamos pasado no sé cuántas selecciones, de 800 niñas quedamos solo 6, íbamos a ser el papel de Gloria Trevi de niña para la película Zapatos Viejos con Sergio Andrade.

Cuando me tocó hacer mi audición me subí al escritorio imitando a Gloria, cantando sus canciones y despeiné a Sergio. Siempre he tenido un carácter fuerte, pero recuerdo que me vio feo y que me le quedo viendo peor, empecé a retar con la mirada a este personaje, imagínense una chamaquita de 14 años poniéndosele al pedo a ese wey en esa época, obvio no éramos su perfil que buscaba así que no quedamos, fui la mejor finalista y lo hacía mejor que todas las demás porque Gloria era mi ídolo en esa época. Todavía mi mamá se le puso al pedo porque era injusto si yo fui la mejor, la que mejor cantaba y bailaba, menos me escogieron, las Cano siempre haciéndola de a pedo desde pequeñas. Acabamos de extra en la película, la vida es sabia y el destino no marcaba que en ese momento fuéramos coristas de Gloria Trevi, hoy cuantas gracias le doy al creador por no haber tenido éxito en ese momento, esta es mi foto de la audición.

La seguridad del futuro siempre es un tema prioritario cuando no tienes dinero, así que entre a trabajar a los 14 en una fábrica y los 15 de secretaria en el gobierno. A los 17 me metí a estudiar al SET de Televisa Monterrey, actuación, canto y conducción, el sindicato SUSPE me daba la mitad de la colegiatura y a la primera oportunidad que tuve de escapar y volver a tocar un escenario lo hice, entré a trabajar de edecán y ahí anduve y de vez en cuando le sigo, ahí formé mi primer grupo musical, era parte de la caravana del famoso tráiler Coca Cola, ahí por diez años conduje los eventos y los últimos 5 años hicimos un grupo llamado “Fuego” para cantar con la gente, cantábamos de todo, norteño, tejano, quebradita, pop, todo lo que hubiera, lo mejor de todo esto es que a donde íbamos hacíamos un buen desmadre, de las mejores épocas que puedo presumir. Después de Coca fueron muchas marcas más.

Ya en mi época final de edecán con mi mejor amigo de grupo Fuego, Garo, quedamos en Bailando por un sueño, puro show en ese show.

De regreso a Monterrey buscando un trabajo más serio, conduje la radio, pero a veces la belleza de una mujer les juega muy chueco a los vatos y ya te andan pidiendo que seas “su novia” para tener más proyección o que te den un mejor programa y pues los mandé a la v$%?a, si les contara quien fue el que hizo que me fuera de la radio porque le dije que no… pero para que recordar malos ratos.

Con las puertas cerradas del medio regresé a hacer teatro y cine, y puedo agradecer que me fue bien, fueron tantos amigos que hice en la Escuela de Cine The Film Work Shop de Monterrey y en Actor Arte. Tanta gente que estudiaba conmigo los veo hoy triunfando en su trabajo como actores y me da mucho gusto ver a mi generación salir adelante.

Hice de todo, como actriz hice muchos papeles:

Con el siguiente corto, llegamos a Canes, recibimos varias nominaciones a premios y fue ovacionado por todo el mundo como uno de los mejores cortos de terror, Colombia, Guatemala, Asia y no sé qué lugares más; en el Festival de Canes en los Short Films Corner se volvieron locos con el corto, este corto ha viajado mucho por el mundo en festivales de Cine de Terror.

En el 2011 vendí todo lo que tenía y me fui a la Ciudad de México, yo tenía en mente el objetivo de hacer mi disco tejano o ya de perdida consolidaba mi carrera como actriz con películas más grandes, mejores producciones y hasta la fecha del día de hoy me pregunto… ¿por qué no me fui pal’ otro lado? Tenía papeles, tenía todo, pero nunca me pasó por la cabeza, lo único que se me ocurrió fue Ciudad de México, creo que me hizo mal ver telenovelas porque ahí nos muestran que todos del rancho llegan a la capital.

Allí hice comerciales, telenovelas, hice muchos personajes donde trabajaba solo para pagar la renta, para sobrevivir, me di cuenta que hasta dentro de la empresa no subes si no le invertes dinero que no ganabas para que te dieran mejores papeles.

Me regresé a Monterrey sin dinero y volví a hacer teatro y cortometrajes, estuve tomando clases de canto con Fernando Rojas, estuve dos años allá, hice una obra con Alberto Estrella que tuvo mucho éxito, tomé un curso con él y me becó la escuela para regresarme a estudiar al círculo teatral en la Ciudad de México.

La mamá de mi amigo Ernesto me consiguió un boleto de autobús de ida sin regreso, yo traía 600 pesos y con eso al siguiente día ya estaba en Ciudad de México de nuevo, ahora sin nada, me recibió Ernesto (un compañero actor) en su casa, me ofreció comida y hospedaje. A la semana ya estaba trabajando para Kitchen Aid como vendedora.

Una de las mejores épocas de mi vida puedo decir que fue cuando trabajé como vendedora, puedo decir orgullosamente que si en México conocen a alguien que tiene una batidora de esa marca en su casa es porque YO levanté la marca en el país. Fui la mejor vendedora a nivel Latinoamérica y es fecha que nadie ha superado o ni siquiera igualado lo millones de pesos que le hice ganar a la marca.

En ningún Liverpool o Palacio de Hierro volverán a ver tanto producto en un piso de venta después de mí, ni aquí ni en Estados Unidos, en primera porque yo era la que las cargaba, y en segunda porque nadie vendía como yo. Vino el presidente internacional de la marca y la directora de Latinoamérica nada más a felicitarme, porque los números son fríos y las ventas hablaron.

Obvio me regalaron una batidora por ser tan buena esclava.

Tenía una vida cómoda, pero yo seguía buscando puertas para ver si algún productor me descubría y me lanzaba al estrellato, creo que no aprendí las primeras veces, trabajaba de vendedora, pero seguía haciendo casting o buscaba donde cantar, donde fuera, pero quería cantar.

A veces cuando subes también toca bajar

Un día mi amigo me aviso que Chris Pérez iba a sacar la serie del libro A Selena Con Amor, Selena era el ídolo de todo el Tex Mex, me encantaba, y me dediqué a prepararme para ir al casting, encarnar a Selena era el siguiente reto.

Fui y les puedo decir que el director de la serie simplemente le encantó mi actuación, me dijeron que ya había quedado en la serie pero poco después, le quitaron los derechos a Chris Pérez y se canceló la serie de él.

Un día de esos cambian la dirección de Kitchen Aid y entró un extranjero y me dijo personalmente que era irreal lo que yo ganaba, que una “simple demostradora” no podía ganar más que él, obvio sacó a la Cano escondida y le respondí como nadie lo había hecho, no le pareció y me corrió. Creo que siempre tuve problemas con las figuras de autoridad, pero es fecha que entre todos no venden ni el 30% de lo que yo les vendía. Y aunque el camino se tornó extraño siempre es por algo bueno… aunque tarde en llegar.

En medio de mi preparación del papel de Selena un día mi roomie y yo vemos un anuncio de un concurso de imitación de Selena en un casino y dije, si gano me gano el dinero y me divierto con mis amigos y me la paso bien, como cualquier día de fiesta.

Fue tan buena la forma que recibieron el show que me llamaron para contratarme de Selena para abrirle en el Lunario del Auditorio Nacional a Myriam de La Academia y en palenques para abrirle a Las Grandiosas, Dulce, Manuela Torres, María del Sol, Rocio Banquels. No tenía dinero porque estaba desempleada y no tenía ni pistas, así que empeñé y perdí en el Monte de Piedad todos los regalos que me hicieron de Kitchen Aid por mis ventas. Fui con un amigo que me presentó a un productor llamado Vladimir Suárez para hacer mis pistas de Selena para poder trabajar del show.

Recibí hasta premios en México y en Nueva York por mi actuación, siempre he dicho que yo no imito a Selena, nunca fui imitadora, la gente muy fan dice que no bailo como Selena, nunca busqué bailar como ella. Pasó lo que pasa con mi nuevo disco, rindo un homenaje con mi lenguaje corporal, vocal, humano, emocional, actoral y con todo lo que tengo como herramientas artísticas.

Fui de gira a Guatemala, todo México, iba todo despegando para estar continuamente en un escenario cantando con la gente, publicidad hecha y contrato en mano estaba a punto de irme de gira a Estados Unidos pero del otro lado del mundo a una persona se le ocurre no hervir bien el murciélago, y pasó la pandemia.

Ya no podía dejar de estar cantando, la vida se iba esperando a que alguien te venga a descubrir como en las películas, había que reinventarse. Encerrada, sin saber que estaba pasando, sin dinero, sin amigos, porque cuando todo va bien todos te hablan, cuando estas abajo ya ni te conocen, sola en una ciudad tan lejos de casa. Regresar a Monterrey no era opción, era sinónimo de fracaso, sin haber conseguido algo más.

Un día me llama un amigo, porque las alcaldías de la Ciudad de México estaban llevando artistas a las unidades habitacionales de la ciudad para que en los patios centrales de los multifamiliares y vecindades hubiera alguna activación a distancia para que la gente no quedara loca, cuando llegaba era una tristeza horrible ver a las personas detrás de la ventana con miedo a que no los fuéramos a contagiar a distancia.

Después de la segunda canción, veías como algunas personas bailaban desde su balcón, te daban las gracias con carteles, con hojas, lloraban, les devolvías algo que se había perdido, la alegría.