Venta de autos en Cuba: Precios Altisimos


Los cubanos ansiosos miraron atónitos los elevados precios de los autos nuevos o usados: el más barato y primero en venderse fue uno del año 1997 en 14.000 dólares y el más caro del año 2010 en 110.000 dólares, al comenzar el viernes la venta de automotores gracias a un decreto del presidente Raúl Castro que liberó la oferta minorista de vehículos.

Un joven que no quiso identificarse ni hacer comentarios compró un BMW del año 1997 en un valor de 14.457 dólares, fue el primero en entrar en la agencia comercializadora de Primera y Veinte en el barrio capitalino de Miramar que abrió a las ocho de la mañana. En la página web Blue Book de Estados Unidos un BMW de uso del mismo año vale 9.000 dólares.

Decepcionado, Gilbert Losada, director musical de 28 años, se quedó con las ganas porque explicó a la AP, «entre toda la familia aquí en Cuba y en Miami, no podemos reunir esa cantidad de dinero, nosotros podíamos comprar el BMW pero se vendió, ahora el más barato esta en 18.000 dólares. De momento nos quedamos sin auto, vamos a esperar a ver si bajan estos precios que son una locura».

Las personas naturales cubanas residentes en la isla así como los extranjeros residentes en la isla «pueden adquirir en las entidades comercializadoras ciclomotores de combustión interna, motocicletas, autos, autos rurales, paneles, camionetas y microbuses», según dice la Gaceta Oficial número 46 con fecha del 31 de diciembre de 2013 que entró en vigor el 3 de enero.

Hasta la fecha los cubanos debían tener una carta del Ministerio de Transporte que los autorizaba a adquirir al Estado un automóvil por un valor determinado.

Pero con la nueva ley los clientes en posesión de la carta solo tuvieron prioridad para entrar primero a comprar, de acuerdo a lo que informó el jefe de venta de la agencia, que no quiso dar su nombre, cuando abrió a las ocho de la mañana.

«Es ciencia ficción», «son unos abusadores», «¡que falta de respeto!», «¡Increíble!», eran algunos de los comentarios de las decenas de clientes que acudieron a la agencia mientras miraban la lista de precios en la puerta de entrada.

Un Renault Clio del año 2005 o un Polo de 2007, vale 25.000 dólares, en tanto un Hyundai Jeep del 2010 vale 90.000 y el más caro, un Hyundai del año 2010 está en 110.000 dólares.

En una página web de Hyundai en Estados Unidos, un Jeep Hyundai nuevo vale poco más de 15.000 dólares, mientras en otra página web de Renault UK, del 2005 vale 3.000.

Los naturales cubanos no pueden importar vehículos según estipula la normativa, «se autoriza la importación de vehículos de motor, carrocerías y motores solo a las personas jurídicas cubanas, previamente aprobadas por el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera».

Sin embargo están autorizados a importar las «representaciones de las misiones diplomáticas, oficinas consulares y organismos internacionales acreditados en Cuba».

Antes de la nueva regulación los permisos o «cartas» para comprar autos los obtenían quienes podían demostrar que contaban con el dinero ahorrado por su trabajo, como por ejemplo médicos, técnicos y diplomáticos que salían del país en misiones internacionales y recibían estipendios suficientes. Pero el mecanismo dio lugar a un mercado negro de cartas que se vendían de mano en mano duplicando así el valor de los vehículos.

Otra agencia comercializadora ofertó autos nuevos como un Peugeot 508 en 262.000 dólares, o un Kia Rio en 42.000. En la página web de Peugeot UK, el modelo más caro esta en 32.100 libras (unos 53.000 dólares) mientras según la página Kia de Gran Bretaña, un Kia Río se ofrece en 13.600.

«A ver si un obrero revolucionario, que vive honradamente de su salario, puede venir a comprar un carro (en Cuba) con estos precios». planteó molesto Guillermo Flores, un ingeniero informático de 27 años. Y agregó «sencillamente es una burla al pueblo, a todo el mundo, una (burla) más».

En la isla el salario medio de un trabajador para una empresa estatal es de unos 400 pesos cubanos (16 dólares).

Casi en estado de shock son muchos los clientes que se quedan mirando los autos ofertados.

Es el caso de Antonio Díaz un marinero jubilado de 66 años quien comentó «tendré que resignarme a vivir sin auto». Y moviendo la cabeza en señal de desaprobación y mostrando con la mano la carta que le otorgaron hace seis meses para autorizarlo a comprar un auto de un valor de 5.000 USD exclamó, «¿qué voy a hacer con esta carta?, no puedo comprar nada, no tengo el dinero, era el auto de mi vejez, el que podía comprar por trabajar toda la vida».

En tanto Alfredo Boué, cocinero de 25 años, exclamó muy descontento, «con estos precios pues caemos en lo mismo porque los que van a poder comprar son los privilegiados o los bandoleros». Boué contó que su padre que trabaja en la compañía Cubana de Aviación tiene desde hace dos años asignada una carta mediante la cual podía comprar un auto de un valor de 8.000 dólares. «Creo que los bandoleros no son los que están en la calle, son los que pusieron estos precios»

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