Benefactores pagaron $500,000 de compras anónimamente


Evelyn Bautista llegó ayer a la tienda Kmart ubicada en el Distrito Fairfax, cerca del Centro de Los Ángeles, para hacer el último pago de los juguetes y la televisión que apartó como regalos de Navidad desde hacía tres semanas, pero se llevó la grata sorpresa de que una persona desconocida saldó el adeudo que tenía.

Los empleados de la tienda le informaron que sólo debía 2 centavos y no los $176 dólares que ella tenía contemplado pagar.»Es una bendición, es gente muy amable quien está haciendo esto», dijo agradecida.Esos personas caritativas son tradicionalmente conocidos como «Layaway Angels«, gente que de manera anónima acuden a diferentes tiendas durante la época navideña para saldar las cuentas de quienes tienen sus regalos en el sistema de apartado.»Nosotros ponemos las cosas en ‘layaway’ (sistema de apartado) porque no tenemos suficiente dinero como para comprar al contado lo que quieren los niños», dijo Bautista.Los $176 dólares que Bautista se ahorró con la obra de caridad de un desconocido, ahora los enviará a su mamá que está en la Ciudad de México al cuidado de su abuelita.»Nunca en mi vida había ganado algo, ni en ‘scratchers‘, ni en la lotería, ni en el bingo, en nada», comentó Bautista emocionada.La semana pasada, contó Bautista, cuando acudió a hacer uno de sus pagos en el sistema de apartado, se topó con una familia a la que le hacía falta un dólar y 50 centavos para saldar su cuenta y ella se los puso. Esa buena acción se le regresó ayer multiplicada por 100.Édgar Pichardo, gerente de la tienda Kmart, explicó que los «ángeles» del sistema de apartado son las mismas personas que lo han hecho en años anteriores.»Aquí ya es una tradición, son personas que vienen a pagar lo que debe la gente en apartados de juguetes y ropa de niños«, comentó Pichardo.A nivel nacional se estima que este tipo de acciones se repiten en diferentes tiendas que cuentan con el sistema de apartado. Hasta ayer, la corporación Kmart había recibido pagos anónimos por más de $57 mil dólares, pero hace dos años esos «ángeles» pagaron casi medio millón de dólares en todo el país.»(Estas personas) Lo hacen porque dicen sentirse bendecidas, pero no quieren dar sus nombres, no quieren abrazos ni reconocimiento, lo hacen de manera anónima», mencionó el gerente. «Una señora vino el sábado y pagó tres mil dólares de apartados, y no sólo eso, sino que pagó lo que la gente que estaba en línea iba a comprar». 

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