¡Ayer!


¡Ayer!

Ayer, se cumplió un año mas del día fatídico día, en el que mi hermano perdió la vida. ¡Digo! perdió ¡porque! ni tuvo la oportunidad… de luchar por ella.

La sociedad o mejor dijo la suciedad de algunos de nuestros países así lo hace…ayer, no mencione nada de mi hermano, como suelo hacerlo cada año en el día de su muerte.

¡Porque! he sido cómplice de los según justicieros, que con títulos se autoridades simplemente no hacen, ni harán, nada… por los que mueren día a día en nuestros países, digo cómplice porque yo con mis manos, ¡no he cambiado nada! Ni, he vengado la muerte de mi hermano.

Al morir mi hermano en manos de criminales comunes como le dicen… pero que tienen el valor de disparar un arma y apuñalar a alguien. Y así les llaman criminales comunes ¡que nos espera! con los verdaderos criminales.

Hay, mucha gente que pretendemos guardar nuestro dolor enfocándonos en el futuro y mas cuando hay niños involucrados. Dejamos a un lado la deuda que esos criminales comunes tienen para con nosotros.

Comentaba con mi hermana, que no le había llamado a mi mama, para hablar del día a propósito ¡porque! en realidad me siento impotente ante no haber vengado la muerte de mi hermano…sin embargo a pesar de ser un cómplice mas, por temor a lo que le puedan hacer al resto de la familia.

Sin querer y sin ellos pedir permiso me convierto en su cómplice y me duele porque, no quisiera elegir nada de eso porque me di cuenta ayer, que con mi silencio me he convertido en su cómplice y he ayudado a que estos asesinatos nunca terminen.

Me duele en el alma… consolar a otros diciéndoles “celebra su vida” mientras que yo por dentro estoy enojada, estoy desconsolada, estoy derrotada por la impotencia.

¡Desgraciadamente! la vida es sin duda alguna en ocasiones ingrata, si les comento esto es porque me duele tanto el no poder celebrar un año mas de vida, de mi hermano, sino celebro un año mas de su muerte.

Veo sus hijos crecer y me duele ver como le haces falta, veo a mi madre extrañarte tanto cada año cada, cada día, cada instante. Veo a mi otra hermana sufrir tu ausencia y me duele ¡tanto! Quisiera tener una barita mágica para regresar el tiempo para cuando contábamos con el y poder pasar el día de tu partida sin que hubiera sucedido nada.

Veo en los ojos de sus hijos tu mirada y parece media vaga ¡porque! se que me conoces tanto y sabes que mi corazón no esta en paz.

Bingo y tu lo sabes ante los demás… que no pasa nada, pero me pregunto ¡hasta cuando podré hacerlo! el dolor de saberte reposando… sin razón me atormenta cada día mas, tan inútil fue tu muerte porque nunca nadie, ha hecho nada, para que no volviera a pasar con alguien mas.

Tú que al final de tus días nos diste tantos ejemplos de vida y tantos ejemplo de que la vida siempre te ofrece segundas oportunidades. Hoy, en el día de tu muerte seguimos acá con tu asesinato impune. Seguimos llorándote pero sin poder, ni hacer nada.

El tiempo pasa y hace la herida mas honda en mi pecho ¡porque! siento que talvez es culpa mía, el que sigan muriendo muchos más.

Me reprocho cada día el hecho de estar acá llorando y lamentándome nada más tu muerte.

¡Perdóname hermano! por ser tan cobarde y pensar que al dejar las cosas a Dios no he vengado tu muerte.

 

Amiga:

¡Te cuento! Mi familia y yo también hemos vivido ese dolor, mi hermano ¡también fue asesinado! como tu dices inútilmente ¡porque! Lamentablemente en muchos de nuestros países eso es como decimos “Pan de todos los días”. No te maldigas,  ni te sientas mal, por no haber vengado la muerte de tu hermano…en realidad, es poco lo que puedes hacer, se ocupan muchas personas y gobiernos realmente responsables para buscar la manera de hacer un cambio realmente en cada uno de nuestros países para que familias como las tuyas,  como la  mía y muchas mas. No, celebremos la vida de nuestros seres amados en el día de su muerte ¡sino! Que celebremos su vida el día de su cumpleaños.

¡Entiendo no sabes cuanto tu dolor! Casualmente hace unos días para ser precisa el día 4 también mi familia lloro una vez mas la desdicha de vivir otra y una vez mas el día que mi hermano murió.

¡Volvimos! al igual que tu a vivir ese horrible día. Pero acá estamos de pie, tampoco la vida de el fue vengada y menos será aclarada por la autoridades ya lo sabemos. Por eso nos enfocamos en tratar de guiar a nuestros hijos por el mejor de los caminos, para que la “suciedad de la sociedad” en que nos toca vivir no los ensucie… ni con el paso de pies en la calle y ellos nunca sientan el calor de la sangre en sus manos.

Te invito amiga, a que busques la forma de aliviar tu dolor haciendo de tus hijos y de los hijos de tu hermano unos hombres de bien. Para que ellos si celebren la vida de vivir y aprender a perdonar.

Gracias por contarme tu historia.

Tú sabes en donde estoy y sabes que siempre encontrare tiempo para conversar contigo.

 

Previous Aferrada a tu amor.
Next Un dia disfrutandó de mi primer piano