Las reventas de casas en Estados Unidos subieron en julio a su nivel más alto en tres años, pero sigue siendo insuficiente para sentirse optimistas.
Aunque este crecimiento podría verse con optimismo en medio de una economía débil, lo cierto es que también indica que los estadounidenses siguen sin conseguir la liquidez suficiente para adquirir préstamos hipotecarios y comprar viviendas nuevas.
Según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios las ventas de casas usadas subieron un 6,5 por ciento a una tasa anual de 5,39 millones de unidades.
Las cifras fueron superiores a las esperadas por los economistas lo que genera cierto grado de alivio a la Reserva Federal y a sus programas de estímulo económico.
Un informe de la Asociación de Banqueros Hipotecarios mostró que las solicitudes de hipotecas para compradores de viviendas aumentaron ligeramente la semana pasada, pero en general han disminuido considerablemente desde los primeros cuatro meses del año.
El aumento en la venta de casas durante julio tuvo el flujo más rápido desde 2009, pero este fuerte ritmo de crecimiento sigue siendo inestable y poco consistente.
