Terrible saldo de las inundaciones en México


La turística ciudad de Acapulco, en la costa sur de México, logró romper el aislamiento terrestre al que estaba sometida desde hace casi una semana por el paso del ciclón «Manuel» y las inundaciones, al abrirse la autopista que la conecta con la capital del país, aunque todavía con restricciones.

El centro turístico quedó aislado del resto del país por los efectos del ciclón tropical «Manuel», que no sólo causó destrozos a la autopista que une a Acapulco con la capital sino también a otras vías que enlazan a ese puerto con otras ciudades próximas.

«Manuel», ya muy disminuido, e «Ingrid», un ciclón ya extinto, dejaron en el país 101 muertos desde el pasado fin de semana, de acuerdo con el reporte más reciente, y decenas de desaparecidos.

De estos últimos, al menos 68 personas son buscadas en la comunidad rural de La Pintada, en Guerrero, donde un alud de tierra y rocas sepultó la mitad del pueblo el domingo pasado.

La llamada Autopista del Sol, que utilizan con frecuencia los habitantes de la capital mexicana para desplazarse a Acapulco, su centro turístico favorito, había sufrido destrozos en veinte puntos, que la dejaron intransitable desde el fin de semana pasado.

Hacia el mediodía de ayer, sin embargo, quedó reabierta la vía, de unos 400 kilómetros, en principio para vehículos ligeros y utilizando un desvío de unos 30 kilómetros mientras se terminan los trabajos para restablecer la ruta completamente.

Las ansias de los habitantes de Acapulco se hicieron notar. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes calculó en cinco kilómetros la fila de vehículos dispuestos a salir del puerto desde que se anunció la reapertura de la ruta.

En Chilpancingo, la capital de Guerrero, a medio camino de la autopista, se notaba que la reanudación total del tráfico va a llevar tiempo.
Según comprobó Efe, a la salida de Chilpancingo había un millar de vehículos que, al conocerse la reapertura de la ruta, estaban listos para llegar hasta Acapulco, con ayuda, víveres y maquinaria para continuar los trabajos en la costa del estado.

Pero la circulación era muy pesada y, en algunos tramos, a cuentagotas.

Un tramo hacia Acapulco que normalmente se recorre en veinte minutos exigía hora y media, mientras en la dirección desde el balneario hacia la capital mexicana sólo pasaba un vehículo cada dos minutos, dos horas después de haberse anunciado la apertura de la ruta.
En la zona, además, hay una ligera lluvia que, de intensificarse, puede complicar aún más el tráfico y representar nuevos peligros para una autopista que ha tenido que ser reparada con prisas.

El secretario mexicano de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, se encontraba a bordo de los primeros vehículos que rompieron el aislamiento terrestre de Acapulco.

En declaraciones a la televisión, pidió paciencia a los pobladores de ese puerto y prudencia en la vía. «Tenemos carreteras muy dañadas», se lamentó el funcionario.

El aislamiento de Acapulco era peor hace varios días, porque también estuvo cerrado el aeropuerto de esa ciudad desde el fin de semana, y sólo después del martes comenzó un puente aéreo de aviones militares y comerciales que ha realizado 230 vuelos y permitido sacar a unos 26.000 pasajeros, según cifras proporcionadas por Ruiz Esparza.

Por esa razón, la ciudad turística tuvo que ser abastecida con víveres por avión y barcos, lo que generó una escasez y algunas escenas de pillaje.

La ruta entre Acapulco y la capital mexicana quedó reabierta sólo para los vehículos ligeros, y se espera que en las próximas horas puedan circular los de carga. Se buscaba agilizar al máximo el tráfico retrasando la incorporación del transporte de carga.

Las autoridades informaron que en el largo fin de semana que vivió México entre el 14 y el 16 de septiembre (el lunes pasado fue festivo) entraron a Acapulco 19.772 vehículos que, en su mayoría, irán saliendo paulatinamente en las próximas horas.

Según la institución Caminos y Puentes Federales, para recorrer los 400 kilómetros que separan a Acapulco de la capital se puede tardar entre nueve y diez horas, más del doble que lo normal.

Estos problemas los causó el ciclón «Manuel» a su paso por México, después de originarse en el Pacífico. Sus efectos coincidieron con el huracán «Ingrid», que nació en el Atlántico, en una confluencia pocas veces vista en la reciente historia del país.

Por la noche en una reunión de evaluación con el presidente Enrique Peña Nieto, el secretario mexicano de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, reportó que 24 de las 32 entidades federativas del país resultaron afectadas por las lluvias generadas por ambos fenómenos naturales.

Asimismo, indicó que hay 58.000 personas en albergues en todo el país y dijo que hasta ahora no ha sido localizado el helicóptero de la Policía Federal con el que se perdió contacto el jueves mientras realizaba labores de rescate de víctimas.

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