«Su presencia atrae, enciende aquella flama del fuego de los sentidos donde ha de desaparecer toda calma. En su belleza conformada en la lozanía de su piel y en aquella sonrisa que hipnotiza.
Con tu silueta adornada de contornos armónicos que han de llevar a la vehemencia al amar. Virtudes que llevan al deliro de pensamientos de amor y fogosidad al fundirse en un baile de amor.
Seductora y sensual en sus afectos que provocan cálidos efectos en el alma del buen querer. Desbordan las sensaciones que recorren la piel con el frenesí de un volcán que en pasión se libera.
Como fuego intenso que recorre el cuerpo entero, romanticismo vivido en una canción al amar, dulces sonidos que hacen palpitar y agitar el corazón, flama candente al alma hace suspirar.
En la sensualidad que toda mujer lleva en su interior que en su mirada vibra por amor, aquella luz que emana del agua de sus cristales en un grito ahogado, silente y tímido en sus intimas ansias.
Torbellinos que se han de manifestar entre suspiros que lleven al cielo sus dichas ocultas y despiertas al amar con frenesí. Ecos de estruendo que nublan la mente entre suaves caricias al amar…”(Héctor Duran, Derechos Reservados, Chile)
*Sensualidad de Fuego, Óleo de Arthur Braginsky de Ucrania *
