Decenas de miles de personas marcharon el sábado hacia el monumento a Martin Luther King Jr. para conmemorar el 50mo aniversario de su famoso discurso y para afirmar que su sueño de futuro debe incluir también la igualdad para homosexuales, hispanos, pobres y discapacitados.
La marcha fue un homenaje a una generación de activistas que soportaron acoso, abusos policiales y humillaciones al exigir un trato equitativo para los afroamericanos. Pero se insistió en que la demanda todavía debía ser más inclusiva.
«Este no es el momento de una conmemoración nostálgica», afirmó Martin Luther King III, el hijo mayor del asesinado activista por los derechos civiles. «Ni tampoco es el momento de una celebración autocongratulatoria. La tarea no está terminada. El viaje no ha terminado. Podemos y debemos hacer más».
Eric Holder, el primer secretario de Justicia negro, dijo que si no fuera por los que marcharon en el pasado, él no estaría en el cargo ni Barack Obama sería presidente.
«Desfilaron pese a la animosidad, la opresión y la brutalidad porque creían en la grandeza que le esperaba a este país y porque desesperaban de que no se cumplieran las promesas de sus fundadores», afirmó Holder.
Holder mencionó a homosexuales, hispanos, mujeres y discapacitados como aquellos que todavía no habían visto cumplirse plenamente el sueño de King. Otros entre los participantes promovieron las causas de los trabajadores sindicalizados, los derechos de los votantes y los inmigrantes.
El representante demócrata John Lewis, el único orador sobreviviente de la Marcha a Washington de 1963, fustigó una reciente decisión de la Corte Suprema que de hecho eliminó una disposición antidiscriminatoria en la Ley sobre el Derecho al Voto. Lewis fue un líder de la marcha de 1965, en que la policía golpeó y lanzó gases lacrimógenos contra los marchistas que exigían el acceso a los puestos de votación.
«Derramé un poquito de sangre en ese puente en Selma, Alabama, por el derecho a votar», afirmó. «No voy a quedarme de brazos cruzados y dejar que la Corte Suprema nos arrebate el derecho al voto. Ustedes no pueden quedarse sentados. Tenemos que ponernos de pie y hacer oír nuestra voz».
Los organizadores esperaban unos 100.000 participantes en el evento.
La gente empezó a llegar temprano el sábado. Para el mediodía, decenas de personas se habían congregado en el Paseo de los Monumentos.
«Estoy aquí en apoyo de esta marcha porque hay muchas injusticias en este país», afirmó Alice Long, de 59 años, que llegó desde Huntsville, Alabama. «Estoy muy preocupada porque tengo un nieto de 5 años y una nieta de 13».
Long, asistente administrativa de la NASA, trajo a sus nietos para que tuvieran una vivencia sobre la historia de los derechos civiles que, según dijo, no se enseña en las escuelas.