Lasaña boloñesa

Lo primero de todo: calentamos una sartén amplia y ponemos la carne, tapada, que se vaya haciendo con su propio vapor.

La sacamos, la ponemos en un bol y la acabamos de machacar con una espátula, ya que suele quedar apelmazada. La reservamos.

En la misma sartén ponemos la cebolla bien picada con un chorrito de aceite de oliva y le echamos sal.

Cuando esté transparente añadimos el tomate triturado y lo dejamos que se vaya haciendo, para que reduzca. Rectificamos de sal y de azúcar (para matarle la acidez).

A parte, para hacer las placas: calentamos agua y la ponemos en un recipiente amplio, introducimos en ese agua las placas de pasta de lasaña durante 7-10 minutos.

Vamos controlando la salsa y removiendo. Cuando el tomate haya reducido y esté un poco más espeso, bajamos el fuego al mínimo.

Echamos la salsa de tomate y cebolla en el bol con la carne y removemos bien para que quede todo bastante uniforme.

Cuando las placas estén blandas (como si las hubiéramos cocido) podemos pasar a montar la lasaña.

Echamos en el fondo de la fuente unas cucharadas de la salsa (así nos aseguramos de que no se nos pegan las placas al fondo).

Y vamos haciendo capas de placas y poniendo la cantidad de salsa boloñesa que queramos entre ellas y la cantidad de capas que queramos.

Ahora podemos hacer una salsa bechamel o simplemente echar mucho queso parmesano por encima, para finalmente gratinar en el horno por 7-10 minutos.

Este plato es muy cómodo de hacer de un día para el otro si tenemos invitados, en este caso sólo tendremos que dejarla lista sin gratinar para ponerla en el horno a calentar (aproximadamente una hora a 160ºC) en el momento deseado.

Receta explicada y elaboraba por Gloria Vélez.