La Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana (Deustches Ahnerbe), fue una organización de las SS liderada por Himmler, bajo la dirección del coronel Wolfram von Sievers, que entre otros proyectos delirantes se dedicó a investigar desde el punto de vista antropológico y arqueológico los supuestos orígenes de la “raza aria”. Con este fin, el pseudocientífico Edmund Kiss realizó una expedición a Bolivia, para demostrar que la ciudad de Tiwanaku había sido la capital de un imperio de arios y atlantes existido hace más de un millón de años. Esta hipótesis se sustentaba en la teoría de la “cosmología glacial”, desarrollada por el austríaco Hans Hörbiger, según la cual muchas civilizaciones milenarias habían sido destruidas por impactos de grandes objetos espaciales. Supuestamente, la región andina sería de las pocas zonas del planeta que no recibió esos impactos, por lo que deberían quedar allí restos de esas civilizaciones. Luego de estudiar la región, Kiss concluyó que por las alineaciones astronómicas de sus edificios, Tiwanaku había sido la capital de una civilización que reinara en el mundo hasta hace 17.000 años, y cuyos habitantes eran inmigrantes occidentales… nórdicos, atlantes y arios. De más está decir que esta teoría no tuvo ningún respaldo científico, más allá del entusiasmo con que la recibieron los jerarcas nazis. Actualmente, las ruinas de Tiwanaku son un centro antropológico de importancia mundial, y fueron reconocidas por UNESCO como patrimonio de la humanidad.
LA INSÓLITA BÚSQUEDA DEL ORIGEN DE LA RAZA ARIA
